“Entonces conoció a Miriam. Nevaba aquella noche”. Truman Capote.
Tenía tan solo 21 años cuando publicó Miriam, uno de mis relatos favoritos de todos los tiempos. Leerlo es como destapar un joyero a escondidas, irresistiblemente tentador. En el salón, una anciana amedrentada junto a su canario, y escondida en algún rincón de la casa, Miriam, la niña que parece una flor congelada. Os invito a descubrirlo. Eso sí, pensadlo bien antes de conceder un favor, por inocente que parezca.
Tenía tan solo 21 años cuando publicó Miriam, uno de mis relatos favoritos de todos los tiempos. Leerlo es como destapar un joyero a escondidas, irresistiblemente tentador. En el salón, una anciana amedrentada junto a su canario, y escondida en algún rincón de la casa, Miriam, la niña que parece una flor congelada. Os invito a descubrirlo. Eso sí, pensadlo bien antes de conceder un favor, por inocente que parezca.