Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Oxford demostró que jugar al Tetris ayuda a reducir el estrés postraumático. Al parecer, el juego exige tanta atención, que nuestro cerebro se bloquea, evitando el acceso a esos recuerdos negativos. Yo no lo veo así. Es decir, no tengo nada en contra del estudio, pero el pensamiento lógico y la habilidad espacial no figuran entre mis puntos fuertes... Así que el jueguecito me resulta más bien frustrante.
Sin embargo, echando un vistazo al delicioso tetris humano de Gillaume Reymond, he pensado en esos extraños momentos de la vida, más bien escasos, cuando los bloques caen misteriosamente... Sin que obre el pensamiento, sólo el deseo, encajando simplemente porque sí. ¿Curioso, verdad?
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