Navegando en la Red me encuentro con Caspar David Friedrich. No está mal, pienso, acudir a un clásico del romanticismo en estos tiempos de malas noticias. Al fin y al cabo, ellos convirtieron las crisis existenciales en auténticas obras de arte. No está mal, me vuelvo a repetir, recordar que todavía quedan escapes a salvo de los grandes poderes. Así que, la próxima vez que Hacienda llame a vuestra puerta, como me ocurrió a mi el pasado lunes, imaginad que sois el hombre del cuadro...ajeno a cualquier obligación fiscal, solo ante la Naturaleza. Pensando en su amada, o quién sabe, en cómo afrontar un inesperado pago a Hacienda...